Cuando hablamos de imagen personal, solemos pensar en ropa, peinado o estilo. Pero la postura y el lenguaje corporal son elementos esenciales que influyen de forma directa en la percepción que los demás tienen de nosotros… y también en cómo nos sentimos internamente.


La buena noticia es que no necesitas ser experto en lenguaje corporal ni dedicarte a la oratoria para mejorar el impacto que tu cuerpo transmite. Con pequeños cambios de conciencia y práctica diaria, puedes fortalecer tu seguridad, autenticidad y bienestar.

El lenguaje corporal: tu carta de presentación silenciosa

Nuestro cuerpo está constantemente enviando señales, incluso cuando no decimos una sola palabra. Una postura erguida, una mirada abierta o un gesto relajado pueden transmitir confianza, cercanía y apertura. Por el contrario, encorvarse, cruzar los brazos o mirar al suelo puede proyectar inseguridad o desinterés.

Importante: no se trata de «actuar», sino de alinear tu comunicación no verbal con la intención que quieres proyectar. Se trata de ser auténtico, pero también consciente.

El impacto interno de tu lenguaje corporal

No solo los demás leen nuestro cuerpo: nosotros mismos lo sentimos.
La postura que adoptamos influye en nuestro diálogo interno y en nuestras emociones. Diversos estudios demuestran que posturas de apertura y expansión corporal (como mantener la espalda recta y los hombros hacia atrás) pueden aumentar nuestra sensación de seguridad, autoestima y energía.
Por otro lado, posturas cerradas o encorvadas tienden a reforzar pensamientos de inseguridad, cansancio o baja autoestima.

Tu cuerpo es también una herramienta para regular tu estado emocional.

Beneficios de mejorar tu postura y lenguaje corporal

  1. Proyectas mayor seguridad y profesionalismo.
  2. Refuerzas tu autoestima y tu autoconfianza.
  3. Facilitas una comunicación más auténtica y efectiva.
  4. Reduces el estrés y fortaleces tu presencia personal.
  5. Generas una imagen coherente entre lo que eres y lo que expresas.

Pequeñas acciones que marcan grandes diferencias

  • Observa tu postura varias veces al día: ajusta espalda, hombros y mirada.
  • Practica movimientos conscientes: caminar con ritmo firme, saludar con una sonrisa, asentir mientras escuchas.
  • Antes de una reunión o evento importante, dedica unos minutos a adoptar una postura de apertura.
  • Respira profundamente y conecta tu cuerpo con tu intención: ¿Qué quieres transmitir? ¿Cómo deseas sentirte?
  • Sé amable contigo: mejorar la postura y el lenguaje corporal es un proceso, no una perfección.